domingo, 3 de octubre de 2010

La dulzura que irradia Justin Bieber en sus actuaciones no es gratuita. El joven ha confesado que le encanta comer chucherías antes de salir a cada concierto. Entre sus dulces preferidos están los gusanos en forma de goma, y las nubes.
Pero no sólo Justin Bieber es un adicto a las golosinas, todo el que trabaja con él debe conseguirle 10.000 patatas fritas al día y 75 bebidas de Starbucks. Así como todo el material que utilizan los técnicos para los equipos de sonido e instrumentos, que no son pocos.
Para moverse de una ciudad a otra, utilizan 11 autobuses para el transporte de todo el personal. El último concierto ha sido en la ciudad de Kansas City, y a este le sigue una larga gira por los Estados Unidos hasta llegar en agosto a Canadá.

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